20. UN LUNES A LA VEZ
Queridx lector, nos encontramos otra vez. Otra vez ha llegado el lunes, sin anunciarse. Para mi, yo lo siento en que vuelvo a escribir, y en un pestañear, vuelvo a escribir, y así hasta que llegue el último Lunes a la vez. Calma, que no parece avecinarse. Todavía hay tiempo, aunque éste pase rápido, o mejor, de forma sigilosa, sin truenos ni relámpagos, los lunes aparecen como un chaparrón aislado, que no te dio tiempo a sacar la ropa del tender (claro, la metáfora sirve si colgás la ropa afuera y si trabajas desde casa). En fin, hoy volvemos a empezar. Una nueva semana, un nuevo mes, una nueva mitad de año.
Para algunos ésto es un voto de confianza, una nueva oportunidad, para no pasar frío, para superarlo, para llegar mejor hoy al verano. Para otros, el anuncio del fin, la última curva y la presencia de la recta final. El preámbulo al juicio mortuorio que llaman algunos: “hacer balance”. Pero no nos adelantemos tanto, todavía, falta. Hay tiempo para empezar ahora, un nuevo año dentro del mismo año. Hacer como los chinos hacen, que van por no sé qué número. A esa tradición me tienta sumarme, a la de contar el tiempo como a mi me plazca, que en las historias el final esté en el medio y que lo último sea el principio y que en el principio ya esté todo avanzado.
Y no, quedate tranquilx que no voy a empezar a levantarme a las 3am y mandarte mensajes, ni tampoco voy a decirte que el mejor momento de empezar a entrenar es en enero con 40°. Solo digo, que recién empieza la segunda mitad del año, así como la semana, como también el mes. Y aunque la gran mayoría de las cosas aparecen sin anunciarse, y pasan en puntitas de pies, como la primera mitad del año, como el mes o esa caricia que ya se fue, creo que podemos volver a empezar, por la mitad, para terminar en el comienzo e iniciar con las cosas ya avanzadas.
Esto es poesía amigos:
QUIÉN TE QUITA LO BAILADO
Qué lastima
que no lleguemos
a tiempo
para cruzar juntos
de la mano
al otro lado
de lo que supimos
imaginar
La casa
la siesta
y los gatos.
Lo intentamos
eso sí
soñamos soñar
hasta el amanecer.